Muchos
son los mails que llegan hasta la redacción de
viruete.com. Entre cantidades industriales de spam,
todos los días llegan correos que nos llenan
de gozo, diciéndonos lo que disfrutan de la web.
Y muchos de ellos se animan a enviarnos cosas que consideran
destacables o reseñables en la web. No deja de
ser emocionante que algunos de vosotros conectéis
tanto con esta web que os acordéis de ella al
ver algo en vuestra vida cotidiana que os recuerda a
ese particular universo que compartimos.
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Unos
lectores, tratando de caerle en gracia a Viru.
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De
entre esos mails, el que vais a leer a continuación
destaca por motivos que se os harán evidentes
tan pronto leáis la misiva. Este lector nos ha
proporcionado un material que me hace morderme los dedos
de los pies de envidia. Y lo quiere compartir con vosotros.
Sin más, cedo la palabra a su autor, Jesús
Lijo:
"Todo
comenzó a las 20:30 del día 3 de Febrero
en A Coruña cuando, en un súbito
ataque de lisergia y tras haber visto un cartel de una
fiesta de disfraces en una conocida
(y pequeña) sala de conciertos local (grandes
actuaciones! Mama Ladilla creó que fue
la cumbre) se nos ocurre buscar una careta para poder
asistir y hacer un poco el subnormal, cosa habitual
en nuestras salidas estupidas.
Después
de 4 minutos de ardua búsqueda entramos en un
kiosco que exhibía las típicas caretas
de calaveras, brujas y demonios. Sin embargo, cual fue
nuestra sorpresa al entrar! Encima del mostrador se
podian ver dos cajas descoloridas por el paso del tiempo
con un cartel en el que se leia: Disfraz,
2 euros
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El
año que viene, podéis ir como ésta,
chicos.
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Entonces
fue como si toda la inconmensurable red karmica nos
bendiciera, los disfraces eran
de El ultimo guerrero
(que descubrimos que en realidad es el guerrero definitivo
(ya que en la caja ponia el nombre en ingles ultimate
warrior)) y Hulk Hogan!
Que
afortunados y dichosos nos encontramos en aquel momento.
Después de ello fuimos raudos y veloces a comprar
una camara de fotos desechables a un bazar chino (somos
rastreros, lo sé) para inmortalizar la noche.
Y
he aquí un pequeño extracto de las fotos
que pudimos hacer antes de que la camara se rompiera
(logico y normal).
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Blame
society
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Hay
que decir que la gente prácticamente nos alababa
como dioses con esa indumentaria (por lo menos interpretábamos
sus salvajes carcajadas de ese modo) y alguno aún
nos comento de que le encantaria tener esas caretas
ya que, según él, ya no se encuentran
La noche llego a su catarsis cuando en medio de un frenesí
luchalibresco simulamos un combate en el cual casi le
tajo un ojo a mi rival (Hulk Hogan).
Tambien
nos despertamos al dia siguiente con la punta de la
nariz rajada en varias trayectorias, lo extraño
fue que recordaramos casi todo, después de, como
se muestra en la foto (esa pequeña bebida verde)
meternos entre pecho y espalda dos absentas de una salvajada
de grados (80+) flambeada y con unas gotitas de concentrado
de absenta extras, aparte de una serie de migrañas
(bebida propia del local compuesta por vino, kas de
ambos sabores y varios licores fuertes que no recuerdo).
El sádico que aparece en el medio es el dueño
del local, un completo loco al cual le encanta acabar
con la gente a absentazos.
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Acojona,
troncos, acojona lo nuevo de El último
guerrero
|
He
de decir que han colocado una maquinita de las de antes
con el genuino street fighter II en un local que frecuentamos
(es en la que se puede escoger a Vega, Bison y estos,
nada de bizarradas raras como ondas en el aire, cambio
de personaje durante la pelea con el boton de Start
u ondas que oscilan cual pendulo), de esto tengo pruebas
graficas. Es impresionante como la gente sigue jugando.
Como
podéis ver es una historia entrañable,
apostillada por detalles como el de la máquina
de Street Fighter. Pero evidentemente, un detalle sobresale
por encima de todo... El disfraz de El último
guerrero. De nuevo, palabras del autor: "Ademas
adjunto la verdadera prueba del delito cometido, al
hacer la foto me senti como Jason o Leatherface,
o un como un crossover entre los dos, no se, son muchos
sentimientos encontrados, como si me preguntaran a quien
quiero mas si a mi madre o a mi padre."
Arriba
podemos
ver el susodicho disfraz, en una foto cortesía
del amigo. Y la primera conclusión a la que llegamos
es unánime: hay que tener morro para llamar "disfraz"
a estas granzas. Veamos... ¿una triste careta
de plástico y una serie de tontadas para los
brazos? Desde luego no es la clase de material con la
que trabajaría Mortadelo. Eso sí,
la careta es cierto que recuerda al rostro de algún
psicópata de cine.
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Peor
que la máscara de la muerte roja. Se tragará
tu alma.
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Un
examen más cercano de la máscara confirma
nuestras sospechas: que es lo más cutre visto
desde una peli de ciencia ficción turca. El poderoso
guerrero indio, que en su día detenía
una manada de búfalos con sus manos, reducido
a motivo de cachondeito por una panda de gallegos borrachos.
Bueno, si nos paramos a pensar, en el fondo ese siempre
ha sido el destino del Wrestling, si cambiamos A
coruña por New Jersey.
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Pero
las dos cintas que lo acompañan tampoco se
quedan cortas. Uno, más que un aguerrido
luchador apache lo que parece es Leonardo Dantés
cantando el baile del pañuelo. Me recuerdan
a unas serpentinas que te daban en la feria, no
recuerdo exactamente porque, pero en mi casa siempre
andaban rulando. Y yo sin saber que era lo que necesitaba
para convertirme en un atleta sobrehumano. |
Dos
muñequeras añejas y sendas coderas complementan
el disfraz. Ambos objetos netamente 80s ,y que son eclipsados
por la alucinante careta, pero que ayudan a conseguir
esa sensación tan añorada de estar haciendo
el gilipollas como un campeón. Las coderas portan
el símbolo de nuestro campeón de wrestling,
lo cual nos anima a lanzarnos y dejar un bello recuerdo
a los transeuntes en forma de codazo en toda la boca,
para que comprueben en sus carnes el poder de Manitú.
En
América existía un kit para disfrazarse
como él bastante más completo. Y a la
vez, bastante más ridículo. La caja en
cuestión contenía hasta una camiseta con
músculos pintados, lo que añadía
más tontería al conjunto si cabe. La "pintura
de guerra" del Ultimate era recreado mediante
un triste antifaz. Supongo que si lo fuera por medio
de pinturas y productos cosméticos lo haría
poco lo hacía poco atractivo ("una mariconada,
pensarían muchos") o precisaría de
la ayuda de la hermana mayor para su aplicación.
Pero quedaría mucho mejor. Yo sólo sé
darme rimel, así que hubiera llamado a mi prima.
Al menos el kit español sirvió para que
esos dos vándalos se corrieran una juega. Que
ya es bastante.
En
todo caso no es más que una muestra de lo poco
que ha avanzado el tema de los difrazes en nuestro país.
En cualquier catálogo de disfraces de esos que
nos llegan por Navidad podemos encontrar chapuzas
que hacen bueno a éste (y además son mucho
más caros). ¿O tengo que recordarles aquellos
disfrazes de Lunni? Desgraciadamente cada
vez menos gente se disfraza en Carnaval, y menos aún
que disfrutaran del deporte. Sin embargo, el disfraz
retarded de El último guerrero da testimonio
de la popularidad que, una vez, tuvo este espectáculo
en tierras hispanas. Me quedo con ellos antes que con
las penurias de Rául o Lydia Lozano.